DOSSIER

Voces cruzadas y conversaciones a (des)tiempo sobre articulaciones en/de la memoria

Cross-voices and out of time conversations about articulations in/of memory

MARIANA ALVARADO
INCIHUSA/CONICET – UNCuyo, Argentina
NAZARENO BRAVO
INCIHUSA/CONICET – FCPyS/UNCuyo, Argentina
FACUNDO LAFALLA
INCIHUSA/CONICET, Argentina
JESSICA CORPAS FIGUEROA
FCPyS UNCuyo/ CIC - CEPU/ CONICET, Argentina
PIEDAD LORENA COKA
Mariposas AUGE, Argentina

Voces cruzadas y conversaciones a (des)tiempo sobre articulaciones en/de la memoria

RELIGACIÓN. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 3, núm. 9, pp. 15-29, 2018

Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales y Humanidades

Recepción: 16 Enero 2018

Aprobación: 10 Marzo 2018

Resumen: El escrito articula una conversación que supone algunos contactos sostenidos a la distancia y a destiempo: entre Argentina, Chile y Colombia; entre activismos y academia; entre investigadores, militantes y víctimas; entre lo íntimo, lo público y lo político; entre identidad(es) y (des)memoria(s); entre arte y política; entre lo individual, lo colectivo y lo que a nosotras nos pasa; entre intervenciones, movimientos y colectivos; entre el silencio, el grito y los cuerpos y, algunas posibilidades otras que se fugan en esos cruces y le hacen frontera a la carencia y el malestar, a los restos e inconformismos. En definitiva, este trabajo surge de la articulación de perspectivas disciplinares diversas que se aúnan en la pregunta por la representación, la memoria y un pensamiento activista en y desde América Latina

Palabras clave: Ausencias forzadas, Activismos, Feminicidios, Militancia, América Latina.

Abstract: The article articulates a conversation that supposes some contacts sustained at a distance and out of time: between Argentina, Chile and Colombia; between activism and academy; among researchers, militants and victims; between the intimate, the public and the political; between identity and memory; between art and politics; between the individual, the collective and what happens to us; between interventions, movements and groups; between the silence, the scream and the bodies and, some other possibilities that escape in those crossings and make the border between lack and discomfort, the remains and nonconformism. In short, this work arises from the articulation of diverse disciplinary perspectives that come together in the question of representation, memory and activist thinking in and from Latin America

Keywords: Forced absences, Activism, Feminicide, Militancy, Latin America.

Introducción

Atentos a la convocatoria a participar del III Coloquio Internacional Pensamiento Crítico del Sur -que tuvo lugar en septiembre de 2017 en la ciudad de Mendoza, Argentina- nos propusimos generar un espacio en el que fuera posible visibilizar las articulaciones entre arte y política, activismo y cultura, experiencia y narrativa colectiva, referidas a situaciones que pudieran ser catalogadas como traumas colectivos. A partir de la convocatoria a este espacio y por la modalidad de las articulaciones que podíamos sospechar, augurábamos no sólo la mixtura interdisciplinaria en un palimpsesto de intervenciones sino además la posibilidad de tensionar dialógicamente un espacio de engendramiento; que allí justamente en el encuentro entre “nosotros” algo otro pudiese ser modulado entre cada unx soslayando las discusiones sobre las condiciones de producción del conocimiento.

La mesa de trabajo “Articulaciones en/de la memoria” contuvo las comunicaciones de Facundo Lafalla, Lorena Coka, Jessica Corpas, Sergio Estrada y Paula Baigorria. Desde el INCIHUSA anudamos dos líneas de trabajo: Feminismos del Sur y Sociedad, Política y Género esto entre Nazareno Bravo y Mariana Alvarado para hacer vincular producciones que aludieran a las consecuencias de la represión estatal (dictadura militar, violencia policial), como a las que abordan situaciones ligadas a los femicidios y la violencia de género, las estructuras de la violencia y del sistema sexo-género, haciendo audibles las conflictivas relaciones entre Estado, sociedad, instituciones y procesos de sujetivación. Suponíamos entonces que la necesidad de poner palabras y representar situaciones negadas nos obligaba a aprender a nombrar y a decir de formas diversas: tanto en experiencias de movilización, intervención y reclamo, como en la producción de obras de arte y soportes expresivos.

Invitamos a jóvenes investigadores y activistas de la región a revisar y discutir las huellas y los efectos de la “espectacularización de la crueldad”; dialogar sobre las ausencias, los silenciamientos, las reservas, las negaciones que el capitalismo cognitivo provoca y que las obras cristalizan u ocluyen; las sujetividades, los cuerpos y los procesos de elaboración del pasado que generan las (con)figuraciones de la memoria y la (re)construcción de la memoria reciente. La invitación corría el foco de las presentaciones convencionales. Esperábamos ensayos fotográficos o visuales o bien intervenciones discursivas que permitieran la interacción de los participantes por separarse del formato expositivo. Contamos inicialmente con las propuestas de Daniela Stevens V., “Paradigmas Político-culturales de la Dictadura Militar en Chile”; de Paula Baigorria y otros/as, “Intervenciones visuales de HIJOS-Mendoza. Estrategias de arte para la lucha política”; de Facundo Lafalla, “Historicidad y memoria en la revista Ideas, letras, artes en la Crisis”; de Sergio Estrada, “UMCE: Ex Pedagógico, Ex Academia. Memoria y trauma de la universidad”; de Lorena Coka, “El cuerpo como un territorio de Batalla de empoderamiento de guerras, fracasos”; de Mariam Pessah, “Desmontando feminicidios” y de Jessica Corpas Figueroa, “Mujeres y activismo por la paz en Colombia: encuentro en imágenes”. Lo que sigue es la reconstrucción a (des)tiempo de las conversaciones que dicho encuentro propició. A partir de las desgrabaciones y del trabajo colaborativo online, compartimos una conversación ficcionada orientada al reconocimiento de diversas experiencias de articulaciones en y de la memoria propias de América Latina.

Lorena Coka. Colombia tiene identidad, pero no tiene memoria. En Argentina tenemos memoria, pero a veces la cuestión de la identidad está fracturada.


Cecilia Vicuña y el documenta de Kazel

Desde esas premisas tomo a Cecilia Vicuña[1] y su libro “El Censurado”. Empezó a trabajar desde lo erótico, en tiempos en los que la mujer no era ni visibilizada y tampoco el erotismo del cuerpo estaba castrado. Cecilia es una performancista moderna; trabaja con el quipu, un tejido que se utilizaba en la cultura originaria desde lo ritual hasta lo corporal en-desde el otro

Lorena. Ella ha sido una de algunas de las referentes desde las que incorporo en mis performances la antropofagia de la lengua y el jaguar que debemos rescatar desde la lengua y el cuerpo. Me sostengo también en Guillermo Gomez [2] su activismo quien trabaja el cuerpo “como lugar de espiritualidad radical, memoria, penitencia, activismo, furia estilizada y reinvención corporal”.


Guillermo Gomez Peña Performer Mexicano

Lorena. El trabajo de Guillermo se traslada en 1970 a un museo y el acto performancístico era estar vestidos como una tribu inventada como nativos y se tomaban fotos con el público. En este sentido me ha interesado unir estos dos puntos donde Coco fusco es también un activista y performer cubana que trabaja desde el performance el activismo político y Guillermo incorpora lo multilingüe como diferencia.


Guillermo Gómez Peña y Coco Fusco

Por mi parte, intervengo en acciones urbanas y cuento con mi cuerpo cómo es invisibilizado para restablecer lo que no es visto en la costumbre o en nuestro día a día. Traigo a mis intervenciones a Nicol Palacios[3] y traslado los feminicidios en Colombia al lugar donde vivo hoy, Buenos Aires, donde activo Mariposas Auge[4]. De alguna manera mi participación en el colectivo me desvinculó de mi propósito inicial que era mostrar el caso de Nicol. Entonces me pregunto ¿qué sucede con el fracaso cuando tu cuerpo siente el síntoma de la invisibilización de otros cuerpos? No se si debería contestar esta pregunta, pero ensayo una respuesta: los fracasos son impulsos activados desde el andar en silencio. Luego rever tu memoria es como si al verte desde la desnudez misma vieras el ruido de las personas, los gritos y el accionar en distintas acciones. Desde el performance me ha llevado a resurgir inclusive desde estados personales que todas sufrimos, como es la soledad, violación y conformismo. El síntoma es el dolor y después el volver a un final para un principio como la espiral indígena.

Mariana Alvarado. Me parece ver ahí una fractura entre lo individual y lo colectivo y, tal vez, entre lo personal y lo político. ¿Cómo es que el rostro de Nicole Palacios no pudo ser un rostro entre los otros que lleva Mariposas?

Lorena Coka. Me parece que lastimosamente a veces cuando el activismo se vuelve céntrico, se pierde en una identidad fijada que no deja pervivir otras diferencias o quizás es necesario sólo volver algo local en internacional.

Creo que a veces las urgencias se vuelven noticias mediatizadas. Cuando activamos con Mariposas lo hacemos desde la trata de personas, con madres víctimas de trata y con Margarita Meira fundadora del colectivo. Trasladamos el cuerpo a lugares remotos en el 2016 y las madres se hacen presente; lo hacemos cada viernes, cada quince días. Performamos el cuerpo de mujeres cuando son encerradas. En los subtes y en las estaciones de Constitución hemos querido romper el viaje con lo que negamos ver.


Nicole Palacios: Hemisférico Instituto de Performanceologia Chile

Mariana. Por trata o por feminicidios ¡... son mujeres forzadas a desaparecer!

Nazareno Bravo. ¿Cómo representar las ausencias forzadas? ¿De qué manera hacer presentes a quienes no lo están? ¿Qué estrategias expresivas y políticas para reclamar verdad y justicia? América Latina ha sido territorio para el despliegue de una enorme diversidad de prácticas y discursos que, desde la urgencia y el dolor, han ido moldeando formas de hacer presentes a quienes fueron impactados por la violencia. Si el sistema capitalista y patriarcal impone muerte, incertidumbre y desprecio por la vida; familiares, amigxs y compañerxs articulan respuestas que hacen posible lo imposible: el retorno - efímero, dramático, luchado, pero retorno al fín - de ese ser querido que vuelve a marchar por las calles como bandera de un mundo más justo.

Lorena. Me encuentro entre contradicciones como parte de un colectivo sin poder visibilizar el caso de Nicol. Cuando activamos como colectivo vamos en contra de las marchas. Piensen en el Ni una Menos. Nosotras vamos en contra. Antes eran muchas. Ahora somos pocas. Vamos en silencio. Miramos qué pasa: silencio, grito, murmullo, observación. Mientras estamos en silencio, vemos y escuchamos el entorno. Siento que las hordas de gentes (varones y mujeres) que no están ahí, en sí, por algo, sino que vienen a cazar. Eso me llevó de algún modo a mis performance individuales y a enfocarme en lo que pasa con las chicas desaparecidas en mi región. Y si bien la Plaza de Mayo se tiñó de rojo, los mass media nada dijeron de qué hacía Mariposas Auge sino siendo parte de Ni Una Menos.

Facundo Lafalla. Me parece interesante el planteo de Lorena, de algún modo manifiesta las tensiones propias de los colectivos sociales y políticos. Como se expresa, se visibiliza la diversidad de esos movimientos, más allá de las referencias generales que lo aglutinan. Horizontes, proyectos que no son ni individuales ni homogéneos y sobre los que debemos advertir permanentemente sobre su diversidad estructural y de ahí comprender quiénes lo componen y cómo participan en cada momento. Y a su vez, aparece el dilema de la relación de los colectivos sociales con otros actores, en este caso -nada más y nada menos- con los medios de comunicación.


Aquí estamos viendo pasar todas las marchas de frente mientras nosotras las vemos en silencio.

Mariana.No podríamos negar que las mujeres de nuestra América, cuyos reclamos anudan cuestiones de género, sexo, etnia, clase y territorio, hayan tejido solidaridades con otros movimientos sociales en la última década; tampoco podríamos negar que en muchas oportunidades nos hemos creído parte de las luchas de nuestros compañeros y el partido ha subsumido nuestras diferencias. Pero entre nosotras… cabe pensar formas de articulación -entre mujeres, feministas y lesbianas, activistas y académicas, entre autónomas e institucionalizadas, entre artistas e intelectuales, la profesional y la científica pero también entre las feministas heterosexuales blancas burguesas y las feministas negras lesbianas antiracistas, entre el norte y el sur y algunas de las posibilidades de nomadear, exiliar, transitar y migrar esas huellas como tarea pendiente. Quizás en ese movimiento haya espacio para cartografiar femicidios, feminicidios, femigenocidios...

Jessica. Desde las experiencias que traje para compartir, encuentro cercanías con algunos planteos de Lorena en tanto que hay una enorme invisibilización del activismo de las mujeres, pareciera que nuestras intervenciones fueran indeseables y con su silenciamiento se buscara hacer caso omiso de nuestras demandas, quitarles relevancia y no legitimar las voces de las reclamantes. Particularmente, en la lucha de las mujeres por la paz en Colombia, las estrategias activistas se han dado en medio de la guerra, e incluyen entre otras intervenir de manera directa en territorios en confrontación y encarar a actores armados, reconstruir el tejido sociocultural de comunidades y territorios, defensa del territorio y de la vida mediante el uso del cuerpo en el espacio público (marchas, intervenciones artísticas, tomas de lugares, etc.). Vienen siendo las mujeres quienes desde hace varias décadas posicionan la no violencia, el diálogo y la salida negociada al conflicto en el país, no obstante en palabras de la experta Diana Salcedo “cuando las mujeres son constructoras activas de paz, como sucede en Colombia, su contribución ha sido vista por el resto de la sociedad y principalmente por los gobiernos como informal, entre bastidores, no remunerada, auxiliar y no reconocida” (Salcedo, 2015: 100) Esto las ha excluido de los procesos de negociación de paz, de la formulación de políticas públicas, y del reconocimiento político y social de su papel como activistas por la paz.

Mariana.En tiempos amnésicos y afásicos, atentos a la inmediatez y al reemplazo sin repuesto, Lorena y Jessica aportan claves que nos permiten conjeturar ¿cómo hacer audibles las voces? ¿cómo ponernos a la escucha? ¿cómo leer prácticas disidentes? ¿cómo activamos la memoria? ¿desde qué archivos, a partir de qué prácticas? ¿dónde encontrar archivos del daño y cómo pensar desde los archivos del dolor?

Sergio Estrada. Lo que traigo para compartirles forma parte de un trabajo mayor que desarrollé como tesis de magister en la Universidad de Santiago. Me gustaría en principio preguntarles si conocen la Universidad, la Universidad Metropolitana y si han escuchado hablar del pedagógico de la Universidad de Chile. Desde la memoria, desde la identidad, la Metropolitana es una de las que se ve más afectada dentro de la intervención que desarrolla la dictadura dentro de las Universidades Chilenas. El que fuera el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, durante la dictadura lo separaron y se transforma en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.

Mariana. ¿Cómo formularías el problema en torno a el archivo, la identidad y la memoria?

Sergio. Se ha producido una suerte de identidad fragmentada al interior de la Universidad debido a la tensión y a la lucha de la memoria. Por eso cuando hablo de memoria lo hago en plural. La memoria se constituye desde diferentes discursos, como un prisma, asume múltiples materialidades por lo tanto tenemos memorias, también, en conflicto. La relación memoria-identidad en el caso de la Universidad se encuentra fragmentada; en parte está explicada en esas memorias en disputa presentes en la Institución. Los estudiantes del pedagógico gritan:

¿Somos o no somos?

¡Somos!

¿Vamos o no vamos?

¡Vamos!

¿Vemos o no vemos?

¡Vemos!

Somos, vamos, vemos por la Educación ¿Quién la exige?

¡El Pueblo!

¿Quién la entrega?

¡El Peda!

¿Y cómo chucha, compañero?

Luchando, creando poder popular

Luchando, creando poder popular

¡Ce-hache-i, CHI

Ele-e, LE Chi-chi-chi Le-le-le

Pedagógico de Chile!

En el grito podemos advertir la persistencia de la memoria y, por otro lado, la negación de esta nueva institución creada durante la dictadura. La Metropolitana estaría funcionando como un “no lugar” porque se constituye como una institución que tiene existencia para negar y, en su interior todas las memorias están vinculadas con su anterior versión que era el instituto pedagógico.

Nazareno. La memoria es una disputa del presente; no es algo del pasado que pueda recuperarse, sino una lectura sobre hechos ocurridos en otros tiempos pero que perviven de distintas formas. Los proyectos, sueños y visiones que buscaron ser eliminadas, sólo pueden renacer en nuevos proyectos, sueños y visiones que incorporen aquellas experiencias como herramienta.

Sergio. La Universidad Metropolitana no tiene memorias propias sino que la memoria que existe por parte fundamentalmente de la resistencia hacia el interior de la Universidad es la del pedagógico y, es la que llena de significado a esta institución. Las memorias se sostienen en una identidad fragmentada al interior de la Universidad. La Universidad se resiste por un lado, a seguir siendo el pedagógico y, por otro, sigue aferrada a esas memorias del pedagógico. Esa intención se manifiesta en el cómo debe verse la Universidad, en la estética de los edificios; se busca que la Universidad sea diferente al ex-pedagógico y se constituyan como unidades distintas. La identidad se constituye sobre un deber ser de la Universidad, un qué es la Universidad, un quiénes somos los que estamos ahí. Un elemento central en la constitución de estas identidades tuvo lugar en 1967 con la reforma universitaria donde dos ideas de pensar la Universidad se enfrentan. En 1970 llega Salvador Allende y en el ´73 se produce el quiebre.

Nazareno. Las Universidades en la región, en las décadas del 60 y 70, fueron un ámbito privilegiado para pensar la transformación, atravesadas por un impulso juvenil y comprometido que resultan una referencia ineludible para pensar unos nosotrxs en movimiento. Los perpetradores del horror quisieron arrancar de cuajo cualquier vestigio de rebelión, desmembrando partes que estaban unidas con hilos de solidaridad y compromiso. Proyectos pedagógicos, roles profesionales y lecturas de la realidad, quedaron en el centro de una falsa “guerra” inventada por cobardes con uniforme, que no dudaron en destruir cualquier vestigio de esperanza para edificar el individualismo y el adormecimiento. Memoria, entonces, no sólo es recordar la represión, sino sobre todo, los proyectos que buscaron ser invisibilizados para las generaciones futuras.

Mariana. Recordar proyectos pero también visibilizar representaciones y articular nombres, rostros, instituciones y prácticas. En Argentina, los inicios de los setenta prometían… ingresaron masivamente las mujeres de clase media a la universidad; las relaciones saber-poder empiezan a re-configurarse así como las posiciones de sujeta dentro/fuera de la casa ampliando fronteras entre lo público/privado/íntimo/político, si bien las agrupaciones feministas de diversas orientaciones comenzaban a visibilizarse el golpe del 1976 en Argentina obturó las posibilidades de encuentro y circulación, sin embargo, entonces, quienes escaparon a la muerte, a la desaparición forzada, al encierro político o al exilio encontraron espacios para nombrar la experiencia de mujeres en espacios alternativos, de reflexión, de diálogo, de reconocimiento, de concienciación como los generados por el CEM… después, con la vuelta de la democracia los Encuentros Nacionales de Mujeres y, un tanto después, como en los noventa, bajo otros formatos, supuestos otros encuentros, aparecen publicaciones como Feminaria o Hiparquia; pero Crisis ofrece testimonios un tanto antes, quizás durante los trabajos de Alejandra Ciriza y Eva Rodriguez Agüero profundizan en las producciones y proyectos de mujeres en esa década.

Facundo. La revista Ideas, letras, artes en la Crisis -conocida como Crisis- recupera hacia 1973 testimonios de presos y presas políticas. Traje tres casos para compartirles, publicados en el artículo titulado “Hecho en prisión” que incorpora textos e ilustraciones. Entre ellos, la crónica testimonial escrita por Juan Carlos Brid en el contexto de la dictadura instaurada con el golpe de Estado de 1955. El autor de este escrito relata cómo se inicia en la militancia, en la víspera del golpe, por lo que la revista lo titula “Y entonces yo les pedí una bandera”. El texto se inicia con el recuerdo del bombardeo a Plaza de Mayo, el 16 de junio de 1955. Brid relata cómo el rechazo a esa masacre lo encontró solo, desorganizado y cómo a partir de ella comenzó a vincularse y a actuar políticamente. Cuenta además cómo vivió la destitución del gobierno peronista. Leo: “Habíamos perdido y la rabia se nos mezclaba con una tristeza” (Bedoya; Lema 1973: 5). Cuenta también sobre su participación en el levantamiento cívico-militar encabezado por el general Juan José Valle en junio de 1956. El fracaso del contragolpe significó el fusilamiento de compañeros de Brid, como Carlos Alberto Lizazo. Este relato es el único del artículo que no pertenece a la dictadura autodenominada “revolución argentina” (1966-1973). Esta elección permite inducir que Crisis elabora una genealogía de la conflictividad política en Argentina que enlaza ambos procesos autoritarios. La revista también decide publicar un poema, otro de los textos que quiero compartirles. Se trata de un escrito de Roberto Coronel a raíz del asesinato de Diego Ruy Frondizi y de Manuel Belloni, hijo de Lidia Massaferro. Desde la cárcel de Villa Devoto, en noviembre de 1971 escribe:

Los han capturado María los han herido María

los han asesinado María y nosotros que haremos

en esta tribuna con rejas

preguntar llorar putear caminar

[sic] (Bedoya, Lema 1973: 9)

Finalmente, el último texto “El alboroto tempranero de las gaviotas” de Ignacio Ikonicoff aparecen vivencias cotidianas que encuentra como punto de fuga frente a la prisión política. Es una carta que comienza con una alusión burlesca al censor que la leería y en la que narra cómo Ignacio disfruta todas las mañanas del vuelo de las gaviotas, a través de la ventana de su celda. Dice: “Allí sigo el reflejo, la sombra de las gaviotas, y el mismo recorrido circular que tanto te entristecía, parece una danza chinesca, apacible y hermosa” (Hecho en prisión, 1973, pág. 8). Ignacio redimensiona en un sentido práctico la danza que lo conmueve; le permite despertarse temprano para poder bañarse: “Todo gracias a las gaviotas, como ves” (Hecho en prisión, 1973, pág. 8).

Mariana. Los casos que nos compartes enhebran experiencias de militancia, vivencias de la represión, modos de afrontar la vida cotidiana en las cárceles y de hilvanar la memoria por parte de presos… es en la revista, a partir de testimonios (auto)biográficos donde pueden encontrarse rostros y prácticas como re-comienzos de/para la memoria.

Facundo. Claro, es a partir de la recuperación de estos testimonios que la revista busca denunciar la violencia represiva del Estado. Se trata de la violencia que se da fuera de las unidades productivas. Esto es, no son relaciones de coacción entre el capital y la mano de obra directamente, sino que la violencia opera exteriorizada a través del Estado.

Siguiendo a Ellen Wood (2000: 55) podemos entender esta violencia como violencia política ya que el Estado decide hacerse cargo del conflicto de clases. El Estado, y no el capital en sí mismo, interviene en los conflictos propios de la fábrica o de las unidades productivas (o de un territorio, en general), excediéndolos y acrecentando el carácter violento de la represión. Ahora, ¿por qué podemos afirmar que “Hecho en prisión” busca poner en evidencia esta violencia? Porque de lo que se trata es de construir una memoria sobre la que se asiente la actitud crítica de la revista y de los intelectuales que en ella participan. Se busca construir lo que Walter Benjamin identificó como “tiempo del ahora” (Benjamin, 2005: 29), un abordaje epistemológicamente distinto a las concepciones tradicionales de historia. Al recuperar testimonios de torturas y de militancia, así como de momentos cotidianos de la vida en prisión; la revista busca reconstruir “un tiempo repleto de ahora” (Mate, 2006: 223). Benjamin entendía por ello la recuperación en el presente de un pasado de ausencias, de derrotas. Es que el sujeto que reivindica Crisis no es un sujeto moderno, racional, ilustrado; sino que es alguien que asume conscientemente su experiencia de sufrimiento y lucha contra las causas del mismo. Quienes escriben los testimonios se encuentran en situación de peligrosidad, escriben desde la opresión que sufren en una situación injusta, al mismo tiempo que intentan vislumbrar un horizonte de justicia por lo que protestan, se indignan, escriben. La tesis sexta de Walter Benjamin evidencia esta característica de la memoria: el sujeto que busca conocer en “instante de peligro” (Benjamin, 2005: 21). Nazareno. La noción de memoria que se abre a partir del análisis de Benjamin implica concebir la realidad histórica no solo como facticidad, como olvido de las derrotas y de los ausentes, sino como posibilidad de recuperar en el presente los proyectos que la conflictividad histórica sepultó y negó.

Facundo. La pluralidad de este “tiempo pleno” sobre el que se inscribe el artículo significa el reconocimiento de esas ausencias en la historia, de los otros y las otras. Reyes Mate afirma que:

...si no está dispuesto a que, tras la muerte física les sobrevenga también la insignificancia hermenéutica, que es como una segunda muerte, tiene que descubrir en el pasado la chispa de la esperanza, es decir, tiene que buscar en el pasado la luz que dé sentido a lo que aparece inerte (Mate, 2006: 115).

Crisis busca comprender su presente desde la recuperación hermenéutica de quienes considera que han sido antecesores en la construcción de un orden social alternativo. La revista cuestiona la historia como totalidad, la historia hegemónica, al dar a conocer las voces de los testigos de la prisión política. “Hecho en prisión” se dispone a oír la voz de los presos políticos para que estos revelen quiénes son.

Mariana. Existen ciertos léxicos sexo-políticos-etarios y de clase con los que nos decimos, que nombran quiénes somos sin decirnos pero también nos despojan de la piel que habitamos. No es lo mismo escribir desde el encierro que hacerlo desde la experiencia del activismo, no es lo mismo hacer espacio en una publicación para que se digan voces encerradas que los gritos sean el silencio que transitan las calles.

Jessica Corpas. Junto a Anahí Roca, con aportes de la Tivi, queremos centramos en dos intervenciones con las cuales las mujeres se apropiaron de las calles de Bogotá, desde lo artístico como práctica política, para posicionar memorias, experiencias de organización y acción colectiva de las mujeres en la exigencia por un país libre de violencia política y social. Estas son: “sumando ausencias” y “la memoria envuelve la justicia”. Se trata de dos acciones de incidencia política y artística de mujeres en Colombia.

Anahí. Sumando Ausencias es una iniciativa propuesta por la artista Doris Salcedo quien convocó a un grupo de víctimas del conflicto armado y a estudiantes de artes para realizar una intervención pública en respuesta a la no refrendación popular de los acuerdos pactados entre el gobierno nacional de Juan Manuel Santos y las FARC el 2 de octubre de 2016. Se escribieron con cenizas en cuadros de tela blanca de 2,50 metros de ancho por 1,40 m, los nombres de 2 300 personas víctimas del conflicto armado interno a nivel nacional, se utilizaron siete kilómetros de tela blanca y una tonelada de ceniza.

Mariana. Una intervención que hace presente la “cantidad” de ausencia, quiero decir, que materializa “lo” desaparecido, le pone cuerpo a los que no están y, a (des)tiempo anuda, vincula, relaciona en una trama que habría tomado, cooptado, previa e involuntariamente

Jessica. La intervención continuó en la Plaza de Bolívar de Bogotá, en donde se invitó a toda la ciudadanía a tejer y unir cada uno de los cuadros, para cubrir la Plaza con 7 000 metros de tela en representación de cada una de las víctimas del país. Valga decir que en la Plaza, se encontraban acampando un grupo de personas inconformes con los resultados del plebiscito, algunas de ellas inconformes con la intervención artística, otras a favor. El martes 11 de octubre de 2016, más de 3 500 personas tejieron en esta iniciativa por la paz que se orientó a visibilizar la magnitud de la guerra, y por otra parte unir colectivamente los nombres de las víctimas como una expresión artística y política para exigir la paz. Las personas que tejieron fueron convocadas previamente por redes sociales y medios masivos, y otras que espontáneamente se sumaron a la iniciativa al pasar por el lugar.


Fuente: Prensa Latina

Anahí. La Memoria Envuelve la Justicia se trató de una intervención pública ideada desde los Costureros de la Memoria, donde se utilizaron tejidos, colchas de retazos y telas diseñadas alrededor de las memorias, de la exigencia en la lucha contra la impunidad y el olvido, las cuales rodearon por completo al Palacio de Justicia en conmemoración de las víctimas de 1985, de las víctimas el conflicto armado y de la violencia política en general. Contó con representaciones teatrales, danzas y música. La activista Juana Alicia Ruiz de la organización Mujeres Tejiendo sueños y sabores de paz, expresa en el diario El espectador:

La idea es que al tener muchas experiencias frente al conflicto, las esperanzas que tenemos de paz arroparan el Palacio de Justicia. Además, es la forma de mostrar cómo nos hemos podido reconciliar, perdonar y amar. Es difícil hablar de paz desde un corazón lleno de odio. Tenemos que reconciliarnos con nosotros mismos y con la naturaleza, que le hemos hecho mucho daño (Diario El Espectador, 2016)

Mariana. El tejido se hace de muchas hebras... no sólo víctimas, activistas y militantes... ¿es posible hacer distinciones entre unos y otros? sino además artistas ¿cuál es lugar de la música y el baile en estas intervenciones? ¿cómo y porqué anudar política y arte? ¿cómo se configura la memoria en estas articulaciones del cuerpo en la tensión ausencia-presencia?

Jessica. Es interesante la manera en que se involucra a la sociedad en general en estas intervenciones, pues si bien hubo una convocatoria concreta, de manera espontánea se sumaron miles de personas que transitan habitualmente el centro de Bogotá y encontraron una manera colectiva de intervenir en una realidad que debería por si misma interpelar y movilizar a todo el país: las dimensiones humanas del conflicto armado, sus víctimas, sus desaparecidas/os. Cuando se decide intervenir tejiendo junto a otras personas, la calle se convierte en el escenario de encuentro y de lucha, donde con niveles diferentes de conciencia al respecto de los hechos y de la acción misma, las personas de algún modo se tejen entre sí, conectan sus demandas, crean una acción colectiva que les da asimismo una identidad, se entretejen partes de sus subjetividades, se produce un movimiento que amplifica la acción, ya no solo pertenece a las y los activistas, sino que se involucra a otras ciudadanías. En particular, la música y la danza tienen la posibilidad de narrar, de interpelar, de intervenir y dar sentidos específicos a las mismas demandas (justicia, verdad y no repetición), a través de otros lenguajes capaces de sensibilizar desde las fibras vivas de cada persona. En estas intervenciones las mujeres tienen un papel clave al ser portadoras de un acumulado de tradiciones y saberes que se trasladan desde sus corporalidades al servicio de una intervención colectiva política y cultural.

Anahí. Esa iniciativa fue impulsada por diversas organizaciones sociales, muchas de ellas conformadas exclusivamente por mujeres. Las organizaciones son Costurero de la Memoria, kilómetros de vida de Bogotá, víctimas de crímenes de Estado (MOVICE y UP), víctimas de desplazamiento forzado (Asodevid, Asomujer y Trabajo), Asociación Minga, la Corporación Fasol (Familiares de víctimas de la rama judicial), Red Nacional de Tejedoras por la Memoria y por la Vida, Familiares del Palacio de Justicia, el Proyecto el Costurero Viaje, la Ruta Pacifica de Mujeres, entre otras. El Centro Nacional de Memoria Histórica, destaca esta actividad pues actualmente perviven las amenazas sobre la vida e integridad de líderes y lideresas quienes continúan siendo asesinadas por la defensa de los derechos humanos y la exigencia de una salida negociada al conflicto armado, de justicia, paz y no repetición.


Fuente: El Espectador

Jessica. Queremos señalar la relevancia del papel de las mujeres en la lucha por los derechos humanos. Nazareno Bravo estudia los activismos alrededor de la última dictadura cívico militar en Argentina y evidencia que son principalmente las mujeres quienes se movilizan y participan en contextos de represión para exigir justicia, verdad y no repetición, lo cual tiene una amplia similitud con el activismo por la paz en Colombia. Nazareno a su vez da cuenta de la importante articulación entre arte y política, como clave de las estrategias de incidencia gestadas por las mujeres, en escenarios donde de represión y el conflicto armado están vigentes como el caso de Colombia. Lo artístico como acción política, ha sido una manera de denuncia, de exigencia y de visibilización de la crisis humanitaria del país, también una respuesta colectiva al individualismo y al terror.

Mariana. Apuntaría un “entre” lo artísto-político que (re)cae entre nosotras como la posibilidad que tejemos de reconstruir condiciones emocionales y afectivas como prácticas articuladoras y afectadoras que colocan al cuerpo en situación colectiva.

Jessica. La construcción de memorias en Colombia, como una estrategia de incidencia y como una posibilidad de exigir colectivamente que no haya olvido ni que se repita la tragedia de la violencia en el país, refleja las experiencias de la guerra, pero a su vez relatan las luchas, las esperanzas y las proyecciones de futuro de quienes sobreviven al conflicto; unas memorias vivas, tejidas en medio de la guerra, donde las mujeres tienen un papel central. Les invitamos a tejer ahora, aquí

Reflexiones sobre nuestra participación en la Mesa. Una de estas intervenciones fue de alguna manera traída e incorporada a nuestra participación en el Coloquio, en la última parte de nuestra intervención en la mesa “Articulaciones en/de la memoria”. Les propusimos realizar la costura colectiva de un lienzo que previamente tenía pintadas palabras con las cuales se podría co-construir una frase alusiva a la paz de Colombia y Latinoamérica. Fue un ejercicio sumamente interesante, en tanto por una parte facilitó la integración de las personas partícipes de la mesa quienes dialogamos durante toda la jornada sobre diferentes experiencias de memorias en la región, pero a su vez puso en movimiento nuestras corporalidades alrededor de una práctica ancestral para las mujeres: la costura.

Muchas de las personas allí presentes no tenían(mos) mucha idea de cómo hacerlo, más el ejercicio mismo facilitó el reconocimiento, el diálogo, las risas, las preguntas, la discusión sobre cual sería el sentido de la frase, con lo cual no solamente recreamos el ejercicio de los Costureros de la memoria, sino que articulamos colectivamente parte de nuestras propias experiencias con un práctica que en el presente nos remonta a resignificar la construcción de memorias.

Por ello, en particular a mi (Jessica) me interpeló cuando Lorena Coka planteó que en Colombia no tenemos memorias; eso me lleva a preguntarme ¿cuales son los escenarios por los que circulan las memorias construidas por las mujeres colombianas? ¿quienes legitiman aquellas prácticas o procesos de elaboración y resignificación de memorias? ¿cuáles son los diálogos existentes entre la academia y el activismo de las mujeres al respecto de las memorias? y también a interrogarme ¿qué elementos revisten las memorias para constituirse como tales?

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Alvarado, Mariana (2017). Voces (a)liadas. En: SOLAR Revista de Filosofía Iberoamericana. Lima, UNMSM, (2016). Año 12. vol 12- nro 1.

Alvarado, Mariana (2016). Epistemologías feministas latinoamericanas: un cruce en el camino junto-a-otras pero no-junta a-todas. En: Religación. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. Quito, Ecuador. Setiembre, 2016. Vol I. Nro 3. 9-32.

Ansaldi, Waldo & Giordano, Verónica (2014). América Latina: tiempos de violencia. Buenos Aires. Ariel.

Bravo, N. (Enero - Junio de 2015). Acciones políticas y experiencias artísticas de reclamo por desaparición forzada de personas en Argentina. Economía y Sociedad (32), 70 - 86.

Bedoya, María; Lema, Zito. Hecho en prisión. (Julio de 1973). Revista Ideas, letras, artes en la Crisis,3, julio, 3-9.

Benjamin, Walter (2005). Tesis sobre la historia y otros fragmentos. México. Contrahistorias. Edición y traducción de Bolívar Echeverría. Disponible en http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Benjamin,%20Tesis%20sobre%20la%20historia.pdf.

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2013). ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional.

Centro Nacional de Memoria Histórica. (s.f.). Centro Nacional de Memoria Histórica. Recuperado el 21 de 03 de 2017, de http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/noticias/noticias-cmh/la-memoria-envuelve-la-justicia

Coka, Lorena Piedad (2016). Nicole Palacios. Un espejismo de un paizaje desertico en los andes. En: Intersticios. UNC, Vol 5, nro 9.

Diario El Espectador. (4 de Diciembre de 2016). El Espectador. Recuperado el 21 de Marzo de 2017, de http://www.elespectador.com/noticias/judicial/historia-del-tejido-envolvio-el-palacio-de-justicia-articulo-668883

FOKUS y Escuela de Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia. (Agosto de 2012). Mujeres, Paz y Seguridad: Destejiendo la guerra, tejiendo la paz. Aportes para la reflexión conceptual y metodológica. Módulos teórico-pedagógicos. Bogotá, Colombia: Fokus y Universidad Nacional de Colombia.

Mate, Reyes (2006). Medianoche en la historia: comentarios a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid. Trotta.

Salcedo López, D. (2015). Las mujeres pactantes de acuerdos de paz estable y duradera en Colombia. En P. y. Centro de Memoria, En la ruta hacia la paz (pág. 229). Bogotá: Centro de Memoria, Paz y Reconciliación.

Taylor, D; Fuentes, M (2011) Estudios Avanzados de Performance. La otra historia del performance intercultural. Coco Fusco. (Pag 307-347). Fondo cultura Economica

Taylor, D; Fuentes, M ( 2011) Estudios Avanzados de Performance. En defensa del arte del performance. Guillermo Gomez Peña (Pag 489-520)

Wood, Ellen Meiksins (2000). Democracia contra capitalismo. México. Siglo XXI. UNIFEM Colombia. (2004). Las mujeres colombianas en busca de la paz. Una aproximación a sus iniciativas y propuestas. Bogotá: Impresol ediciones.

[1]

Cecilia Vicuña es poeta, artista, cineasta y activista. Su trabajo aborda las preocupaciones apremiantes del mundo moderno, incluida la destrucción ecológica, los derechos humanos y la homogeneización cultural. Nacida y criada en Santiago de Chile, ha estado en el exilio desde principios de los años setenta, después del golpe militar contra el presidente electo Salvador Allende. Vicuña comenzó a crear “trabajos precarios” y quipus a mediados de la década de 1960 en Chile, como una forma de “escuchar un antiguo silencio esperando ser escuchado”. Sus trabajos multidimensionales comienzan como un poema, una imagen que se transforma en una película, una canción, una escultura o una actuación colectiva. Estas instalaciones efímeras, específicas del lugar, en la naturaleza, las calles y los museos combinan el ritual y el ensamblaje. Ella llama a esta obra no permanente, participativa “lo precario” (lo precario): actos transformadores que unen la brecha entre el arte y la vida, lo ancestral y lo avant-garde. Sus pinturas de principios de los años setenta descolonizaron el arte de los conquistadores y los “santos” heredados de la Iglesia Católica, para crear imágenes irreverentes de los héroes de la revolución. Una lista parcial de los museos que han exhibido su trabajo incluye: el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, Brasil; El Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago; El Instituto de Arte Contemporáneo (ICA) de Londres; Art in General en Nueva York; La Whitechapel Art Gallery en Londres; El Museo de Arte de Berkeley; El Museo Whitney de Arte Americano; y MoMA, el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

[2]

Guillermo Gómez-Peña es artista de performance/escritor, y dirige el colectivo transnacional de arte La Pocha Nostra. Nació en la Ciudad de México y llegó a los EEUU en 1978. Desde entonces viene explorando asuntos interculturales a través de la performance, la poesía multilingüe, el periodismo, el video, la radio y el arte de instalación. Su trabajo de performance y ocho libros han contribuido a los debates sobre la diversidad cultural, la identidad y las relaciones entre los EEUU y México. Su obra se ha presentado en más de setecientos lugares en los EEUU, Canadá, Latinoamérica, Europa, Rusia y Australia. Ganador del MacArthur Fellowship (beca), del American Book Award (premio literario), y un Afiliado Distinguido del Instituto Hemisférico de Performance y Política. Gómez-Peña contribuye regularmente al National Public Radio (radio pública nacional), escribe para periódicos y revistas en los EEUU, México y Europa, y es editor contribuyente de The Drama Review (NYU-MIT).

[3]

Desaparecida el 28 de diciembre de 2014.

[4]

Colectivo de personas que rechazan el sistema patriarcal y la violencia de género en todas sus formas. Teniendo como objetivo visibilizar y problematizar el delito de la trata de personas con fines de explotación sexual a través de performances urbanas.

Información adicional

Enlace externo: http://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/127

Enlace externo: http://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/127/119

Citar como: Alvarado, M., Bravo, N., Lafalla, F., Corpas Figueroa, J., & Coka, P. L. (2018). Voces cruzadas y conversaciones a (des)tiempo sobre articulaciones en/de la memoria. Religación. Revista De Ciencias Sociales Y Humanidades, 3(9), 15-29. http://revista.religacion.com/index.php/religacion/article/view/127

HTML generado a partir de XML-JATS4R por